Definimos el noviazgo como la relación amorosa mantenida entre dos personas con la posible intención del matrimonio. Es una etapa fundamental en una relación de pareja, que no se debe descuidar para que verdaderamente sea una etapa fundamentada en el amor. Lo que en un principio comienza con una atracción, bien física o porque nos sentimos atraídos por la personalidad del otro, tiene un fin claro. El fin último del noviazgo es el matrimonio. Teniendo en cuenta estas afirmaciones es necesario tener algunos aspectos en cuenta:
La relación debe estar basada en el amor. Si se convierte en una fuente de discusión, de riñas e infelicidad hay algo que está fallando.
Debe existir una relación de amistad entre ambos. Esta relación de amistad supone un mutuo conocimiento, donde descubrir aficiones comunes, intereses de la otra persona, gustos...
El noviazgo es un momento de conocimiento y reconocimiento. Para conocer al otro es necesario dedicar mucho tiempo a charlar y conversar. Esas conversaciones deben buscar no solo conocer al otro, sino también reconocerse a uno mismo.
El tiempo empleado durante el noviazgo en hablar, en conocerse, sin ocultarse nada, establecerá los pilares del futuro matrimonio. Las mayores dificultades que encuentran los matrimonios hoy en día tienen su raíz en problemas de comunicación.
Durante el noviazgo debe producirse un crecimiento humano y espiritual de ambos. Tanto a nivel individual, como a nivel de pareja. Dedicar tiempo a la oración en pareja pondrá unas bases sólidas en el futuro matrimonio.
Para los novios enamorados el tiempo se para y el resto del mundo parece no existir, pero es conveniente que la pareja no se aísle del mundo. Que puedan cultivar más amistades, dedicar tiempo a su pandilla de amigos, conocer otras parejas de novios y hacer planes juntos… es más que necesario.
¡Si quieres que Dios forme parte de tu matrimonio, hazle partícipe de tu noviazgo!
Consultorio
Pregunta: Mi novio y yo llevamos seis años saliendo juntos. Hemos caído en un punto de monotonía. Estamos felices pero parece que los días que pasamos juntos son todos iguales y a veces no sabemos qué contarnos. Nos planteamos el matrimonio, pero no sabemos si estamos preparados para dar este paso. Respuesta: Sería necesario conoceros, saber cómo es vuestra relación para poder daros un consejo adecuado. Os recomendamos hablar con vuestro director espiritual, vuestro párroco o
sacerdote de confianza, o si lo preferís podéis citaros con un orientador familiar, que os ayude a analizar estas dudas que os surgen, que son naturales llegados a este punto de la relación. Pero si nos gustaría desde estas líneas comentaros que el paso al matrimonio es una decisión muy importante que debe ser meditada, pero no olvidemos que lo que caracteriza al noviazgo es su temporalidad y su finalidad en el matrimonio. Por tanto, alargar este estado a temporal no ayuda en la relación.